El alma cremosa de la pastelería: un deleite universal
Descubre por qué las cremas son el corazón de la pastelería. Desde la crema catalana hasta la crème brûlée, explora su versatilidad, historia y secretos. ¡No te pierdas nuestra receta de tarta crujiente de crema catalana!
Las cremas en pastelería son, sin duda, el alma de muchos de los postres más icónicos del mundo. Desde la sedosa crème brûlée francesa hasta la contundente custard cream británica, estas preparaciones han enamorado a generaciones enteras con su textura aterciopelada y su inigualable capacidad para realzar sabores.
Las cremas son mucho más que un simple relleno; son una experiencia sensorial que transforma un bocado en un momento memorable.
La versatilidad de las cremas: un viaje por el mundo
¿Qué hace tan especiales a las cremas en pastelería? Su versatilidad. Pueden ser la base de una tarta, un relleno jugoso o incluso el punto culminante de un plato sencillo.
Tomemos como ejemplo la crema catalana, esa joya de la gastronomía española. Con su delicado toque de canela y limón, y su capa crujiente de caramelo, es un himno a la sencillez bien lograda.
O pensemos en la crème brûlée, su prima francesa, donde la vainilla se convierte en protagonista absoluta. Ambas comparten la magia de combinar una textura suave y fundente con un contraste crocante que encanta al paladar.
Las cremas son también un puente entre lo tradicional y lo moderno. Puedes encontrarlas en recetas clásicas que datan de siglos atrás, pero también como la base de creaciones innovadoras.
El toque especial de esta receta es el caramelo líquido, que aporta el sabor auténtico y combina a la perfección con todos los ingredientes de la tarta. Y si quieres probar a realizar alguna tarta más, aquí te dejo el enlace a un verdadero clásico: «Tarta de manzana y hojaldre».
El arte de la textura y el equilibrio
La clave para una buena crema radica en su textura: debe ser sedosa, homogénea y lo suficientemente firme para sostenerse, pero nunca gelatinosa o demasiado densa.
El equilibrio de sabores es otro de sus secretos. Una crema bien hecha logra resaltar cada ingrediente, desde la intensidad de una vainilla de Madagascar, los aromas de la canela hasta el frescor de un limón recién rallado.
Aquí también entra en juego la técnica. Aunque preparar una crema parece sencillo, requiere precisión y paciencia.
La temperatura y el tiempo son aliados inseparables, y un pequeño descuido puede arruinar el resultado. Pero, como en todo en la pastelería, el esfuerzo vale la pena.
Un consejo para los amantes de la crema catalana
Si eres fanático de la crema catalana y buscas un nuevo giro para este clásico, no te pierdas esta receta de Tarta crujiente de crema catalana y orejones de albaricoque.
En ella, el crujiente de una base de masa filo se combina con el dulzor natural de los orejones y la suavidad de esta icónica crema. Un postre que promete conquistar corazones y paladares.
Tarta de crema catalana y orejones de albaricoque
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paxDescubre por qué las cremas son el corazón de la pastelería. Desde la crema catalana hasta la crème brûlée, explora su versatilidad, historia y secretos. ¡No te pierdas esta receta de tarta crujiente de crema catalana y orejones de albaricoque!
Utensilios usados en la receta
- Aro Pastelería De Buyer 16cm Comprar en AMZ - 8,35€
- Polvera para Azúcar GlasComprar en AMZ - 11,79€
- Lacor - Cazo Chef 16 cm InoxComprar en AMZ - 28,79€
Ingredientes
5 Hojas de pasta Philo
40 gr. Mantequilla fundida
250 ml. Leche entera
2 Yemas de huevo (unidad)
75 gr. Azúcar
20 gr. Maizena
1/2 rama de Canela
1/4 Piel de limón
80gr. Orejones de albaricoque
40 gr. Azúcar Glass
Elaboración
- 1° CREMA CATALANA CON OREJONES
- Cortar los orejones de albaricoques en corte paisana, es decir cubos de 1/2 cm. de lado. Reservar.
- En un cazo colocamos la leche, la canela en rama y la cáscara de limón, llevamos a ebullición, cuando vemos que arranca a hervir, apagamos el fuego, tapamos. Dejamos infusionar 10 minutos.
- Mientras infusiona la leche, batimos en un bol las yemas con el azúcar, cuando empieza a blanquear añadimos la maizena y mezclamos con cuidado.
- Desleír el contenido del bol con la leche colada, mezclamos, colocamos en un cazo y lo llevamos al fuego. Sin dejar de batir y a fuego suave vamos haciendo la crema hasta que ésta espese.
- Una vez la crema hecha, agregamos los orejones de albaricoque, removemos, tapamos la crema y la dejamos templar, mientras preparamos el fondo de la tarta.
- 2° FONDO TARTA
- Pintamos con mantequilla fundida el interior de un aro de 16 cm de diámetro, lo colocamos encima de una placa para horno cubierta con un tapete de silicona.
- Apilamos cinco hojas de pasta Filo una encima de la otra y las partimos por la mitad transversalmente.
- Vamos pintando hoja a hoja con la mantequilla fundida, espolvoreamos ligeramente con azúcar glas y las disponemos dentro del molde cruzando las hojas, dejando un poco menos de la mitad por fuera. En total colocamos 8 medias hojas. (Para que lo tengas claro, puedes ver cómo se montan las hojas en el vídeo, abajo tienes el botón que te lleva directamente).
- Una vez forrado el molde, rellenamos con la crema alisando todo lo que podamos, pintamos una de las dos hojas que nos quedan, las apilamos y cubrimos la crema con ellas, doblamos las hojas del exterior del aro hacia en interior formando una especie de flor, espolvoreamos con azúcar glas.
- Introducimos la tarta en el horno previamente calentado a 190º, ventilador, bandeja en el medio, durante 30 minutos.
- Una vez cocida la dejamos templar la colocamos en el plato de servir y espolvoreamos generosamente con azúcar glas.
- Servimos con una jarra de caramelo líquido, que al cortar a porciones lo vertemos por encima de la tarta. Bon profit!